
Descubrimos la mariposa más antigua con 236 millones de años
hace 24 horas

En un descubrimiento asombroso que desafía nuestro entendimiento de la evolución, un equipo de paleontólogos ha encontrado escamas fosilizadas de mariposas que datan de hace 236 millones de años en Argentina. Este hallazgo no solo es un testimonio del ingenio de la naturaleza, sino que también reescribe la historia de estos fascinantes insectos, destacando que existieron mucho antes de que florecieran las plantas que hoy conocemos. La historia de las mariposas es más antigua y compleja de lo que jamás imaginaron los científicos.
- Fósiles que reescriben la historia de la biología
- Un hallazgo inesperado en un antiguo baño comunitario
- La evolución de las mariposas y su relación con las flores
- El significado de los coprolitos en el estudio de la evolución
- La mariposa más antigua: un puente hacia el pasado
- La búsqueda continúa: ¿qué más nos puede revelar el pasado?
Fósiles que reescriben la historia de la biología
El reciente descubrimiento en el Parque Nacional Talampaya, en el noroeste de Argentina, ha llevado a los científicos a replantearse sus teorías sobre el origen de las mariposas. Encontrar heces fosilizadas que contienen escamas de mariposas es una revelación significativa. Este descubrimiento adelanta el registro conocido de estos lepidópteros en 40 millones de años, lo que implica que las mariposas volaban en un tiempo en que los dinosaurios ni siquiera existían.
Lo más sorprendente es que estas mariposas, pertenecientes a la nueva especie denominada Ampatiri eloisae, ya contaban con una probóscide para succionar líquidos, a pesar de que en aquella época no había flores. En lugar de néctar, estas mariposas se alimentaban de secreciones azucaradas de coníferas y cícadas, plantas que predominaban en el paisaje de aquel tiempo.
Un hallazgo inesperado en un antiguo baño comunitario
Los coprolitos, o heces fosilizadas, en los que se encontraron las escamas, provienen de lo que una vez fue un baño comunitario para gigantes herbívoros, conocidos como dicinodontes. Este escenario peculiar indica que la región era un lugar de gran actividad biológica, donde las mariposas coexistían con enormes criaturas.
Las escamas miden solo 200 micrones, lo que equivale a ser más delgadas que un cabello humano. El nombre de la especie, Ampatiri eloisae, rinde homenaje a la investigadora Eloísa Argañaraz y a los pueblos calchaquíes de la región, destacando la conexión entre la ciencia y la cultura local.
La evolución de las mariposas y su relación con las flores
La relación entre mariposas y flores ha sido objeto de estudio durante décadas. Lo fascinante de este hallazgo es que sugiere que las mariposas desarrollaron su aparato de succión mucho antes de que existieran las flores. Esto podría indicar que su adaptación fue impulsada por la necesidad de acceder a recursos alimenticios distintos, como las secreciones de otras plantas.
- Las mariposas poseían una probóscide antes de la aparición de las flores.
- Las plantas con flores emergieron 100 millones de años después de las primeras mariposas.
- Los bosques del Triásico estaban dominados por coníferas y cícadas.
Esta adaptación temprana habría proporcionado a las mariposas una ventaja competitiva, permitiéndoles sobrevivir y prosperar en un ecosistema que estaba en constante cambio tras la extinción masiva del Pérmico, que eliminó aproximadamente el 90% de todas las especies del planeta.
El significado de los coprolitos en el estudio de la evolución
Los coprolitos, a menudo subestimados, son considerados como “cápsulas del tiempo” que pueden ofrecer una visión profunda de la vida de hace millones de años. Lucas Fiorelli, paleontólogo del CRILAR y coautor del estudio, destaca que sin estos fósiles, muchas historias de la evolución de los insectos seguirían siendo desconocidas. Cada coprolito tiene el potencial de revelar secretos importantes sobre la biodiversidad de épocas pasadas.
La mariposa más antigua: un puente hacia el pasado
El descubrimiento de Ampatiri eloisae es comparable a encontrar el ancestro común de humanos y chimpancés. Este hallazgo no solo llena un vacío en la historia evolutiva de las mariposas, sino que también proporciona información valiosa sobre cómo estos insectos han evolucionado a lo largo de los siglos. Las escamas, con sus patrones únicos, ofrecen pistas sobre su morfología y comportamiento.
La búsqueda continúa: ¿qué más nos puede revelar el pasado?
Los investigadores están motivados por este descubrimiento y planean continuar su búsqueda de escamas similares en coprolitos aún más antiguos, incluso de épocas previas al Triásico. Esto podría revolucionar aún más nuestra comprensión sobre la historia de las mariposas y su desarrollo en la Tierra.
Para aquellos interesados en profundizar en este intrigante tema, se puede encontrar un análisis más detallado en el siguiente video:
El hallazgo de Ampatiri eloisae no es solo un triunfo para la paleontología, sino que también es un testimonio de la resiliencia de la vida. Este insecto, que ha sobrevivido a las extinciones más devastadoras, ha dejado un legado que perdura hasta nuestros días en las mariposas que adornan nuestros jardines. A medida que continuamos explorando el pasado, nuevas historias de adaptación, supervivencia y evolución esperan ser contadas.
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